Resumo | Hoy, a seis meses de la llegada del Coronavirus a la Argentina, el colectivo actoral de nuestro país, se encuentra herido de muerte. La pandemia y sus consecuencias económicas evidencian una situación que no es nueva para el campo teatral. La propia historia de los actores y actrices en nuestro país es una historia de profundas conflictividades identitarias y, en consecuencia, de reclamos gremiales nunca satisfechos.
Durante el mes de marzo, y debido a la creciente circulación del virus, los espectáculos y eventos artísticos fueron suspendidos y la Asociación Argentina de Actores (AAA) declaró el cese de actividades de sus afiliados.
Luego de cinco meses desde el cierre de los teatros, sets de filmación y espacios culturales, las disputas entre distintos agentes del campo teatral comenzaron a profundizarse. Creemos entonces oportuno preguntarnos ¿cuáles son los reclamos de quienes se identifican como profesionales de la actuación en este contexto? ¿Hacia quién o quiénes se dirigen? ¿Qué discursos circulan en la sociedad ante los mismos?
Para intentar dar algunas respuestas -siempre provisorias- se analizarán las declaraciones públicas de la AAA en tanto sindicato mayoritario en la representación del colectivo actoral y el documento elaborado por el colectivo Actrices Argentinas dirigido a “quienes nos gobiernan y a la opinión pública” que fue firmado por más de 2600 actores y actrices de todo el país.
Existen, a nuestro parecer, dos cuestiones centrales que guiarán en nuestro trabajo. En primer lugar es necesario revisar el par vocación-profesionalización, que se presenta como una falsa antinomia y que en realidad, son dos categorías que coexisten en la misma cara de la moneda-actuación. En segundo lugar, y en el reverso, nos encontramos con fenómenos como la precarización laboral y el multiempleo, que no hacen más que completar el cuadro de urgencia que reviste el sector.
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