Avaliação: Teoría crítica, afectos y feminismos en América Latina – Identidad y poder, o sobre la posibilidad de dar cuenta de sí mismo

La pregunta por la posibilidad del individuo de darse cuenta de sí mismo es uno de los sellos que se imprimen en la obra de Judith Butler. En una sociedad donde el ethos colectivo ha ido adoctrinando a los seres humanos para un saber reducido al mero constatar de los hechos, que deviene en un discurso político de cómo deben ser las cosas, el saber de sí de la conciencia se vuelca en una elección entre modelos estereotipados, para quedar así fuera de sí, dominada por el principio de identidad operante dentro del sistema social hegemónico y monolítico. Precipitando su vida entera en un mundo extraño, una existencia exterior, paradójicamente la conciencia debilitada le permite al individuo conservar su sí mismo, sin siquiera extrañar su Yo. De este modo, la conciencia —desposeída de su lado subjetivo y crítico— permite a la objetividad operante que se instale como una lógica interna que prescribe la configuración del individuo, sometido éste en consecuencia a la presión social que gravita en torno suyo, convirtiéndolo en un engrane con determinadas funciones, privado de conciencia de la preeminencia que domina. La cosificación se instala en el mismo interior del individuo, difuminando cualquier oportunidad de la conciencia de reconocerse autoconciencia ante la objetividad operante de la estructura impersonal del mundo objetivamente determinado. Ante tal escenario y en un diálogo con Theodor Adorno y Michell Foulcault, Butler lanza la pregunta provocadora: “Qué lugar hay para un “yo” en el régimen discursivo en que vivo?”

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