Resumo | En América Latina el pensamiento marxista ha sido un ejercicio dialéctico de conocimiento y de crítica política y social tardío y peculiar. Sin embargo, en razón de la articulación de procesos significativos, como la persistencia y la profundidad de nuestras luchas de clases, y la circunstancia de ser este continente el refugio de decenas de pensadores críticos provenientes de los exilios europeo y de las movilizaciones internas, hacia la segunda mitad del siglo pasado, se abrió la posibilidad de conjugar un espacio de recepción y desarrollo de la Teoría crítica sobre bases relativamente sólidas.
A ese respecto, los nombres de José Revueltas, Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, un mexicano, un español y un ecuatoriano, bastarían para ilustrar nuestra afirmación, dado que su obra y su trayectoria política e intelectual propiciaron, además de una continua y original lectura e interpretación de las ideas de Karl Marx, la necesidad de ampliar y enriquecer sus herramientas teóricas con lo que de original y novedoso portaban tanto el llamado Marxismo occidental como la Teoría crítica; sobre todo en los ámbitos en los que el marxismo latinoamericano no había tenido incidencia: la crítica de la modernidad capitalista y el esclarecimiento del amplísimo y diverso horizonte de la cultura continental.
En términos muy simples podemos decir que el marxismo es una actividad y un discurso teórico específico, crítico y revolucionario; es decir, una forma especial de aprehender y explicar dialéctica-negativamente la realidad histórico-social con la perspectiva de su transformación radical. El presente grupo de trabajo pretende acoger los esfuerzos teóricos que busquen abonar el terreno arado por la coyuntura y el pensamiento crítico aquí referidos con la intención de contribuir a la filosofía marxista latinoamericana.
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