Avaliação: El panamericanismo sanitario, sus arquitecturas, operaciones urbanas y estrategias territoriales sobre la salud pública – Aires saludables: el Hospital de Coquimbo y la última modernidad, 1969-1972 y 1975

Por una parte, un primer diagnóstico a la planta de emplazamiento del Hospital de Coquimbo arrojaría que es de una modernidad tardía, y posiblemente relegado a lo monótono o incluso conservador por su crujía: dos placas cuadriláteras, regulares, un piso, límites claros y un rectángulo central de cuatro niveles que las une. No obstante, cobra gran relevancia por sus 18277 m2 realizados con las tecnologías constructivas, antisísmicas, y de cuidados de salud más avanzadas disponibles, emplazado en una ciudad pequeña y sin relevancia para Chile de 1970. Resultado de la sucesión de tres mandatarios presidenciales: Frei Montalba lo financia en 1968; Allende, proyecto e inauguración de la primera etapa en 1972, y Pinochet la segunda en 1975. Por otra parte, una lectura de su estructura y la atención que Hernán Aubert, arquitecto de la SCEH, prestaba a definir estrategias proyectuales más que decisiones particulares para los edificios, revelan que la obra cristaliza una manera específica de operar: solo un tipo de pilar, entre vigas y losas, con un único distanciamiento entre estos. A partir de esta decisión, el Hospital también es la sucesión de diversos y variados patios en tamaño y carácter: abiertos, intermedios, privados, de solo luz o aire. Que articulan un suelo continuo entre las diversas instancias y requerimientos diferenciados, por cada una de sus zonas de cuidado y salud. Posibles de ingresar desde los diversos perímetros del Hospital, sin entrar necesariamente a él y solo disfrutar de su sol, brisa o sombra. Todo lo anterior no da cuenta de una obra fuera de serie, por el contrario, reflejan la época de un país pequeño y alejado del resto del mundo, donde la modernidad fue algo cotidiano, sistemático, universal y propio de cualquiera de sus ciudades, incluso, transversal a miradas políticas opuestas. No obstante, no deja de lado la sensibilidad para incorporar estos patios como equivalentes entre un buen espacio, una buena arquitectura, y una buena salud.

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