Resumo | Mi propuesta versa sobre el origen de los símbolos y el lenguaje pictográfico en su vínculo estrecho con la religión mesoamericana, a partir del proceso de defensa integral del territorio Ñu savi en la región Mixteca de Oaxaca, en cuya investigación preservé algunos de los mitos cosmogónicos que dan orden y coherencia a los símbolos y sitios considerados aún como un enigma.
Algunos de los resultados que quiero presentar en este congreso implican la reivindicación de la memoria oral, los derechos espirituales sobre el territorio y los derechos culturales sobre los sitios cosmogónicos que se consideran misterios irresueltos en el estudio de los códices prehispánicos.
El glifo “Fauces de caimán”, p. ej. tiene un lugar de origen y se encuentra en la Mixteca. Según la arqueología es un misterio, pero gracias a la metodología de investigación desarrollada logré relacionar la memoria oral y el estudio de los códices con el sitio cosmogónico que aparece, p. ej., en la página 22 del Códice Colombino-Bécker.
Los portadores del Patrimonio Cultural Inmaterial depositaron en mí sus mayores secretos guardados por generaciones. De esta manera el personaje que en el lenguaje pictográfico identificado como “Viento de 9 Cavernas” o “Tezcatlipoca” y sus misterios iconográficos han sido resueltos.
Sobre la díada Quetzalcóatl-Tezcatlipoca hay una serie de campos semánticos vacíos en la interpretación académica de sus símbolos. Es de mi interés compartir en este congreso parte de la investigación como preparación de un ensayo más amplio: sobre la decodificación del significado de los símbolos de sus atavíos, mismos que hasta ahora son interpretados sin una base geográfica o física que explique su origen o la forma en que sus principios operativos fueron trasladados a los glifos del lenguaje pictográfico Mesoamericano.
Con nuestra epistemología podemos afirmar que el símbolo vive en la naturaleza y de la naturaleza proviene su significado. Las narraciones orales lo comprueban.
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