Resumo | En el municipio de Chilón, Chiapas (México), territorio mayoritariamente habitado por el pueblo tseltal-maya, las comunidades indígenas llevan décadas organizadas en defensa de sus derechos indígenas y sus territorios.
Acompañados por el Centro de Derechos Indígenas de Chilón, los “ejidos” de San Sebastián y San Jerónimo Bachajón han utilizado las últimas reformas de sus respectivos Reglamento Interno Ejidales como un instrumento para frenar los proyectos de despojo de su territorio (una mega-carretera, proyectos turísticos y programas de certificación ejidal encaminados a facilitar la venta de tierras). Es importante recordar que el ejido es una forma de propiedad colectiva de la tierra (junto a las tierras comunales) fruto de la revolución zapatista de principios del siglo XX. Consagrados en el artículo 27 Constitucional, sufrieron una importante reforma en 1992, permitiendo la posibilidad de venta, antes prohibida.
Los Reglamentos Internos Ejidales están recogidos en la normativa agraria y son las normas básicas de las que se dota la Asamblea Ejidal (máximo órgano de gobierno). Las reformas de los Reglamentos Internos Ejidales fueron aprovechadas para incorporar los normas de protección de sus tierras ejidales como fruto de su decisión desde sus usos y costumbres, convirtiéndose así, en un instrumento jurídico híbrido que se convierte en fiel reflejo del pluralismo jurídico y que permite fortalecer la protección de la madre tierra frente a la desregularización constitucional que obedeció a los intereses macroeconómicos derivados del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), cuya vigencia se inició en 1994.
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