Resumo | Este trabajo procura una aproximación a la historia de la familia y las infancias, a partir de la experiencia de jóvenes y niñas migrantes del interior que fueron colocadas en Buenos Aires durante el primer gobierno peronista. El recorte temporal obedece a la relevancia que el sujeto migrante tiene en el escenario sociopolítico argentino en aquellos años.
El censo poblacional de 1947 fue revelador al mostrar que el grueso del componente migratorio interno hacia Buenos Aires lo constituyeron las mujeres, provincianas jóvenes que acudían a la ciudad en busca de trabajo. Lejos de una decisión individual, distintas fuentes sugieren la idea de que “migrar a la hija joven” podía ser en verdad una estrategia del núcleo familiar, un mecanismo a través del cual complementar ingresos. La colocación de niñas y jóvenes del interior en casa de familias de clases medias y altas de las grandes ciudades fue un mecanismo fundamental en aquella dinámica migratoria, que en verdad se inscribía en una trama de larga duración.
El trabajo que proponemos busca echar luz sobre esta experiencia a partir del análisis de un corpus de expedientes judiciales, correspondientes al Tribunal de Menores nro 1 de La Plata. La selección realizada exhibe un interesante contraste entre “las familias de origen”, por un lado, y “las familias receptoras” por otro. En aquellos contrastes, el discurso jurídico plasmó representaciones sobre el ideal de familia deseable, que condensó valores morales, expectativas de clase y proyecciones raciales. Intentaremos mostrar que la experiencia migratoria en sí misma fue considerada como un elemento desintegrador del orden familiar. Así, la acción de los tribunales se dirigió a enmendar sus consecuencias negativas “encausando” a las jóvenes “descarriadas” y “desarraigadas” en la ciudad, mediante la colocación entendida como un proceso de “reeducación” por coexistencia en un entorno “moral y materialmente saludable”.
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