Resumo | En febrero de 2023, el gobierno de Chile decidió militarizar puntos críticos de su frontera norte con Perú y Bolivia en respuesta al ingreso masivo de inmigrantes de forma irregular al territorio. Si bien este despliegue militar se presenta como una medida para controlar la crisis migratoria, lo cierto es que integra un conjunto de políticas de largo aliento que el Estado chileno ha venido ejecutando para configurar sus fronteras, especialmente durante el siglo XX.
Entre1879 y 1883 Chile, Perú y Bolivia se vieron enfrentados en una guerra que cambió las fronteras nacionales que se habían delimitado luego de la independencia de dichos países. El fin de la guerra del Pacífico significó que el Estado chileno tomara posesión definitiva de las provincias de Tarapacá y Antofagasta, y de forma transitoria de la provincia de Tacna. Con ello, el espacio fronterizo entre estos tres países cambió, generándose nuevas dinámicas en la circulación de personas y mercaderías. El control de la frontera quedó en manos de unos pocos funcionarios estatales que en medio de la precariedad y de duras condiciones de vida y laborales debían resguardar los intereses económicos del fisco chileno y peruano.
El objetivo de esta presentación es analizar el proceso de construcción de la nueva frontera entre Chile y Perú. Mientras ambos países establecieron dispositivos jurídicos y administrativos para el funcionamiento de aduanas, y, posteriormente, la circulación de personas (por ejemplo, con el uso de documentos de identidad); en la práctica surgieron diversos problemas para poder materializar el proyecto estatal de control fronterizo. Buscamos a partir de fuentes documentales locales (informes de autoridades, cartas de los resguardos de aduana y policía, prensa etc.) reconstruir las dinámicas fronterizas entre Chile y Perú entre 1883 y 1929, años en que Chile estuvo a cargo de la Provincia de Tacna.
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