Resumo | Durante la década del 50 en la ciudad de Antofagasta, la sociedad EMPART N°5 proyectó la Unidad Vecinal Gran Vía en la zona sur de la ciudad, entonces periferia de la misma. El proyecto se encuentra compuesto por diversas tipologías de vivienda, entre estas destacan viviendas en extensión y de bloques colectivos de mediana altura. Esta planificación habitacional y urbana fue parte de las diversas estrategias estatales y, en este caso, semifiscales, que dieron respuesta a la escasez de viviendas que afectó al país desde comienzos del siglo XX.
Los bloques de altura media en la Unidad Vecinal Gran Vía constituyeron elementos que evidenciaron parte de una reflexión experimental sobre el habitar colectivo en Antofagasta al haber propuesto diversas tipologías edificatorias que conformaron conjuntos con distintas morfologías, siendo claves en la construcción del proyecto urbano local al articularlo a distintas escalas; desde la relación de lo privado con el espacio público, la continuidad de la trama vial y la absorción de la topografía del lugar.
Durante los últimos años del siglo XX y en la actualidad, la producción de obras que conjuguen la unidad entre arquitectura y urbanismo se ha visto debilitada, resultando en soluciones habitacionales alejadas de la concreción de un proyecto urbano.
Esta investigación pone en evidencia antecedentes locales que muestran el estado del arte en la época de acuerdo a diversas publicaciones institucionales, principalmente los Boletines EMPART a cargo de la Caja de Empleados Particulares, los cuales ya señalan el cambio de paradigma de la condición del habitar como un esencial en la vida del ciudadano moderno. Los Seminarios de Problemas Regionales pusieron en discusión la temática del problema de escasez de viviendas y además el rol que también presento la prensa regional, específicamente, El Mercurio de Antofagasta, el cual se encargó de divulgar el proyecto de la Unidad Vecinal Gran Vía sembrando este ideal del nuevo habitar moderno.
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