Resumo | El exceso de ingesta de alcohol y sus consecuencias dañinas para la salud fueron caracterizados por primera vez en el ámbito médico por Magnum Huss (en 1849), quien denominó "alcoholismo" a la enfermedad provocada por el exceso en el consumo de bebidas alcohólicas, estableciendo de esta forma una norma de percepción.
Los conflictos sociales provocados por la Revolución Industrial y su reformulación del concepto de trabajo, sumados a las teorías médicas (que llevaron a la medicalización de la sociedad) y las ideas darwinistas que tomaron gran fuerza en ciertos ámbitos académicos llevaron a una reconceptualización del concepto de "lo sano" y "lo enfermo". A partir de ese momento, la salud implicaba no sólo la ausencia de enfermedades, sino la práctica de ciertos hábitos y comportamientos que evidenciaban "salud mental y moral". Una de las más graves dolencias físicas, mentales y morales era -según el discurso de la época- la ingesta excesiva de alcohol.
Podría decirse que el alcoholismo era considerado la raíz de la "degeneración de la raza". Padres alcohólicos engendraban hijos enfermos, que a la vez transmitirían esos estigmas agravados a su descendencia. En este contexto, la familia cobraba una importancia vital para médicos, juristas, gobernantes, maestros... pues podía ser la causa de la degeneración; pero también podía salvar al niño, al brindarle un ámbito saludable e higiénico, así como un ejemplo de vida.
La presente ponencia procura caracterizar estos discursos -así como los supuestos y las tensiones que subyacen en ellos- a través del análisis de fuentes varias (médicas, judiciales, periodísticas, etc.) en la provincia argentina de San Juan, en el momento en que estructura su economía en torno a la producción de bebidas alcohólicas.
|
---|