Avaliação: Pensar la muerte y los cementerios: Análisis y perspectivas entre los siglos XVIII y XXI – ESTÉTICAS DE UN NOVEDOSO PATRIMONIO EN LAS SEPULTURAS DE NIÑOS Y JÓVENES. Cementerios del Bajo Flores, Ciudad de Buenos Aires, y Moreno, provincia de Buenos Aires. República Argentina. Maricel Pelegrín y Claudia Alicia Forgione

La inquietud que derivó en esta propuesta surgió de las recorridas etnográficas concretadas en los cementerios del Bajo Flores, Ciudad de Buenos Aires, y en Moreno, provincia de Buenos Aires. En estos espacios la carga simbólica se descubre en una estética fúnebre variada y original relacionada con las sepulturas de niños, y de jóvenes, en este caso, fallecidos en hechos de violencia social. En esa estética se plasma un lenguaje que difiere de los cánones habituales.Fotografías, banderas, singulares escenografías, objetos de toda índole con que se las adornan, espejan una antropovisión inscribiendo al muerto y la muerte como una alteración ontológica del ser. Diversas tumbas exteriorizan historias de marginalidad y exclusión social. Todas ellas conforman un patrimonio cultural al bosquejar la visión que, del mundo y la realidad, tienen quienes las levantan; un lenguaje que descubre los deseos y reclamos sociales de deudos y amigos. Nuestro objetivo es proponer que los cementerios locales formen parte de investigaciones patrimoniales en los establecimientos educativos. Los estudiantes integrarán los diversos saberes de la sociedad introduciéndolos en el análisis de una problemática compleja sobre temas relacionados a la inclusión y exclusión social. Ofrecerán la posibilidad de vincular a docentes y estudiantes. El patrimonio que custodian son espacios dedicados a resguardar la memoria de quienes nos precedieron, por este motivo “a menudo, especialmente en el caso de grupos oprimidos, silenciados y discriminados, la referencia a un pasado común permite construir sentimientos de autovaloración y mayor confianza en uno mismo y en el grupo (…) La memoria [fortalece] el sentido de pertenencia, el anclaje en grupos o comunidades.” (Yelin, 2002). La globalización sacrifica las identidades múltiples de los pueblos convirtiendo al Otro en un desconocido. El lenguaje sepulcral sería una llave de apertura hacia un conocimiento de la sociedad a partir de la honra a sus muertos.

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